Me encontré con este video que, sin tapujos, exterioriza los
motivos de la factura de la bochornosa e infamante telenovela Juana Inés. Para conocerlos, basta con
remitirse al minuto 45:12, donde aparece Monika Revilla, quien, según Patricia
Arriaga Jordán, productora de la telenovela Juana
Inés, fue la responsable de escribir la parte de “Lysi, la virreina, y la relación
de la virreina y Sor Juana”. Por supuesto, sería ingenuo pensar que Arriaga
Jordán no tomó la decisión de presentar en su telenovela la relación histórica
de amistad de ambas mujeres como una embaucadora relación lésbica.
Transcribo las palabras de la guionista Monika Revilla,
agregando mis comentarios.
Según ella, la telenovela “no es un documento histórico,
dista de serlo”.
Recordemos que cada
capítulo lleva la leyenda “inspirada en hechos reales”.
Entonces, “¿cuál es su propósito?”, pregunta la propia
Revilla. “Yo creo”, explica,
“que el ejercicio que hicimos, y que creo que es el que hace
cualquier persona que lee a Juana Inés, es cómo pudo haber sido su vida. Y creo
que todo el mundo cuando lee a Juana Inés tendrá una interpretación diferente
de su vida, se la imagina de manera distinta…”
En cambio, yo sostengo
que, justamente porque la vida de una persona de carne y hueso no depende de
las interpretaciones ajenas, lo que debe hacer quien, luego de leer a Sor Juana
Inés de la Cruz esté interesado en conocer su vida, es acudir a los estudios hechos
por los especialistas. No es una cuestión de “imaginación”, sino de datos
históricos comprobables.
“…y creo que cada interpretación en su conjunto hace un diálogo,
que igual y poco a poco nos vamos acercando a la esencia de este personaje”.
La “esencia” de un
personaje histórico no se conoce a través de “diálogos”, como si fuera un
asunto “democrático”, sino de pruebas históricas, que nada tienen que ver con
el común acuerdo.
“También a esto se le suma la complejidad de que un proyecto
como éste es también producto de su tiempo, entonces cómo vemos nosotros a
Juana Inés hoy en día, o en este proyecto, también puede haber sido diferente a
cómo la veían en otros momentos históricos”.
De pronto, Monika
Revilla habla por todos los que estamos vivos el día de hoy. Según su presunción,
a diferencia de “otros momentos históricos”, en el nuestro (a semejanza de como
lo hacen en el “proyecto” que encabeza Patricia Arriaga) todos “vemos” en Sor
Juana y en la virreina a un par de lesbianas. La ciencia histórica es irrelevante
para la guionista, pues todo se reduce a la muy particular “visión” del “momento”.
“También de cierta manera como poner sobre la mesa que
muchas veces cómo vemos a Juana Inés dice más de quiénes somos nosotros [que] de
quién era ella…”
Completamente de
acuerdo: “El león cree que todos son de su condición”.
“…porque pues lamentablemente no tuvimos el placer de
conocerla, entonces lo único que podemos hacer es hacer este ejercicio de
imaginarnos cómo pudo haber sido”.
No: aún queda
recurrir a sus escritos y a los libros de historia.
![]() |
Monika Revilla |
"Y dentro de esta complejidad todavía se le suma que cuando
haces un proyecto de este tipo, la regla principal son las reglas de la
narrativa, y va sobre todo, porque entonces, si no, dejas de hacer una serie y empiezas
a hacer lo que decía Emilio, un docudrama, y se vuelve aburridísimo y no te enganchas
y no hay empatía, y entonces pasa lo que pasa muchas veces en otros intentos
que se han hecho de narrar historias que se vuelven muy didácticas, y por lo
tanto sientes que te están obligando a sentarte ahí, como si estuvieras en la
escuela, y nosotros lo que justo tratamos de hacer es como agarrar estas reglas
de la narrativa que se han vuelto, o sea que son universales, y que se usan en
series en todo el mundo, y usarlas para contar la serie de Juana Inés”.
Para Revilla lo “principal
son las reglas de la narrativa, y va sobre todo”. Claro, incluso van sobre la
reputación de Sor Juana y de la virreina. Sería bueno que la guionista
explicara si esas reglas “universales” de la narrativa obligan a los guionistas
a difamar a los personajes históricos o si, sencillamente, se trata de un burdo
pretexto para ocultar la inhabilidad de quien no es capaz de narrar la vida de
una monja sin atentar —a través del
escándalo y para no “aburrir”— contra su pureza y
contra su consagración a Jesucristo.
“Y al hacer esto, pues dentro de eso mismo también tuvimos
que manipular los datos que había para poder ver cómo podíamos encajar y ver
cómo Juana Inés pudo haber pensado…”
La palabra clave es “manipular”.
A confesión de parte…
“…para que esto pasara y para que, también basándonos en los
pocos hechos históricos que había, porque pues todo era a puerta cerrada, ¿cómo
vamos a saber de qué hablaba la virreina con Juana Inés? Nadie estuvo ahí, no
hay manera de saberlo, y lo único que podemos hacer es imaginarnos. ¿Qué le
confesaba Juana Inés al padre Núñez? Pues no sabemos; pues hacemos el ejercicio
de imaginárnoslo”.
Precisamente, si no
sabía “de qué hablaba la virreina con Juana Inés”, ¿por qué las presentó en una
relación antinatural, lujuriosa y, por tratarse de una monja casada con
Jesucristo, en una relación sacrílega? ¡Ah, “el ejercicio de la imaginación”!
De la abundancia del corazón...
"Y ésta es nuestra
propuesta, eh, como dice Arcelia, ojalá y haya más, y creo que es parte de un
diálogo, como decía Carmen Beatriz, también de identidad, y de nuestra historia
y de quiénes somos".
¿De “quiénes somos” quiénes?
¿De qué “identidad” habla Monika Revilla? ¿De qué historia? ¿No dijo antes que hay “pocos
hechos históricos”? (no hay pocos, esto es falso, y cualquier interesado en la
poetisa lo sabe). La guionista habla de nuevo por todos. Da por hecho que todos
compartimos su particular “identidad”. Desgraciadamente, ahora su telenovela
está en Netflix y, por ello, con la de Sor Juana, la identidad y la historia de
México han quedado universalmente escarnecidas.
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